Cavall perdut.
Un caballo, en una sala llena de puertas. Se abre una puerta con una magnífica zanahoria gigante dentro. El caballo va a por ella, se la come entera, en esta misma sala otras puertas se abren, una manzana gigante en una, una sandía en otra... un enorme melocotón. Ese caballo va de puerta en puerta, de sala en sala, degustando todas esas frutas mágicas y seductoras.
Yo soy ese caballo. Internet me hace sentir como ese caballo. Pasa el tiempo y he ido de puerta en puerta, sin duda disfrutando de cada fruta. Pero por muy buenas que estén las frutas yo sólo me siento como un caballo comiendo frutas dentro de un inmenso laberinto sin salida. Tengo el estómago lleno y la cabeza adormilada. He olvidado por completo lo que venía a hacer aquí, que es poco, pero es algo.
Un caballo perdido.